lunes, 1 de junio de 2009

Sueños



Hace varias semanas que no dormía tan bien como anoche, prácticamente de corrido. Tuve un sueño sui generis en mis treinta y siete años de existencia. Siempre que el mar aparecía era un sueño que, ineludiblemente, derivaba en pesadilla. Recuerdo muy bien uno que soñé cuando tenía alrededor de dieciséis años: Era alumna de un internado a las orillas de la playa, la tarde comenzaba a oscurecerse. Jugaba el papel de segura observadora al ser considerable la extensión de terreno que me distanciaba de la escena. Me percataba de dos compañeras mías del internado que salían del edificio principal y se sumergían en el agua. Nadaban tranquilas mientras yo divisaba a lo lejos, el nado de un par de ballenas acercarse hacia ellas. Su nado hizo tal movimiento en el agua circundante que las olas crecieron metros y metros en cuestión de segundos. Yo contemplaba la zozobra de mis compañeras, su lucha por salir a tierra firme hasta que, presas de la desesperación, se ahogaban.

Si mal no recuerdo, en una antigua entrada escribí sobre mi relación con el mar en mis sueños. Sucedía algo muy extraño conforme los años pasaban. Más adelante, las olas voraces que arrasaban con poblaciones enteras de bañistas, se acercaban a mí pero jamás me tocaban. Luego, comenzaron por tocarme la punta de los pies, mojarme las piernas, envolverme el cuerpo entero. Me devoraban, eran sueños terribles aunque jamás sucumbí en ellos. Contemplaba cosas desastrosas, todo parecía morir a mi paso menos yo. Hace no mucho soñé que visitaba a mi amiga E. quien vive en Los Cabos. Para librar el trayecto de La Paz a su casa teníamos que sortear un acantilado. Como únicos recursos de salvación, las uñas de nuestras manos y pies y, a nuestras espaldas, el mar más encabritado que nunca.

Anoche soñé que vacacionaba con mis padres en un balneario distinto a cualquier hotel. En el agua transparente nadaban orcas de todos los tamaños, diminutas y enormes, y demás fauna marina entre las que el resto de los huéspedes y yo, buceábamos sin problema. Existía un restaurante justo en medio del mar, raro como suena. No se encontraba en una isleta sino sobre la superficie misma. De hecho, el restaurante carecía de protección alguna, soportaba olas dignas del más experimentado surfista enroscarse sobre los comensales, y nada, tan sólo se hacía un extraño vacío en el que apenas llegaba la brisa de estas olas colosales. La totalidad.

Por coincidencia o sincronía, a dos clases de cerrar el semestre, me topé hoy con mi cuadro preferido entre las obras de Dalí. Éste, en el que él mismo se autorretrata siendo una niña capaz de levantar la orilla de la playa como si fuera una hoja. Tal parece que, luego de todos estos años, la pesadilla tornose sueño. Rindiéndose al mar es que se volvió bueno.

7 comentarios:

Monserrat sin t. dijo...

¡Qué fantástico sueño! parece cuento. Me encantó. Mis sueños con el mar son bastante escatológicos, algún día te los contaré mientras tanto prefiero tus historias.

María (ahora en paz) dijo...

Monse: ¡Ja! Cuando leí "escatológicos" se me vinieron "n" escenas a la cabeza. Qué bueno que te gusto. Anoche soñé que me atascaba en un mega buffet-banquete ¡Salud!

Monserrat sin t. dijo...

Me gusta la palabra "escatológico" porque el sonido es fiel a lo que te viene a la mente. Así que imaginaste bien esas "n" escenas. jajaja.

Axel dijo...

Que risa lo del mar escatológico jajaja.

Yo también he tenido sueños parecidos a los tuyos... Qué raro, creo que mi papá también alguna vez me contó sueños de este estilo. Mares que se vuelven 'locos' y devoran todo a su paso. Lo que más recuerdo de estos sueños es lo gigante que se vuelve el horizonte en ese sueño aunque no hay olas estilotsunami... Pero sí son de esas olas que revuelcan horrible y te llenan de arena.

María (ahora en paz) dijo...

Axel: Habría que consultar al Dr. Freud sobre el significado del mar. Nada más de imaginar las múltiples connotaciones tengo escalofríos.¡Nos vemos mañana!

Monserrat sin t. dijo...

Ya te da una idea mi sueños 2. que puse en el fb sobre algunos de los elementos que contienen mis sueños con el mar. jejeje. Y prefiero no saber la explicación freudiana. beso.

María (ahora en paz) dijo...

Monse: Lo leeré con más calma, lo leí de pasada, entro muy poco al famoso FB, tan sólo para subir fotos y entradas. Prometo hacerlo, besos.